La virtualización de la red tiene muchas ventajas: por eso, los operadores y proveedores de redes han invertido tanto en el avance de esta tecnología.

 La principal ventaja es la flexibilidad que otorgan las redes virtualizadas. A diferencia de las redes físicas, es relativamente rápido y fácil cambiar la configuración, topología, funciones y modos de uso. En las redes físicas el cambio siempre requiere la intervención humana, a menudo con largos ciclos de planificación; mientras tanto, las redes virtuales pueden cambiarse casi instantáneamente, siendo modificables mediante técnicas algorítmicas o automatizadas, lo que permite optimizarlas según los patrones de uso y los objetivos de rendimiento casi en tiempo real.

La segunda ventaja es la segmentación que permite separar el tráfico por tipos, usuarios, requisitos de seguridad, etc., y todo ello utilizando la misma tubería física. Las arquitecturas de software—como SD-WAN—pueden producir la impresión de disponer de recursos de red dedicados (y no compartidos), aunque la infraestructura física subyacente sea claramente compartida.

 

La tercera ventaja es la resiliencia: las rutas de tráfico pueden adaptarse siempre y cuando sea necesario, tanto para permitir el enrutamiento alrededor de un fallo, la gestión de más o menos capacidad, como para habilitar una nueva ruta, en el caso de que las conexiones iniciales se degraden o interrumpan.

 

 

Sin las herramientas de OSS modernas, uno puede como mucho soñar con las ventajas de la red virtualizada

 

La desventaja de la virtualización es que hay complejidades adicionales a gestionar. Esto obstaculiza la resolución de problemas. A pesar de las ventajas de seguridad que trae consigo la segmentación, el control centralizado y la mayor complejidad de las redes virtuales suponen la mayor exposición a los ciberataques.

 

Pero antes de profundizar cómo las redes virtualizadas impactan los OSS, hablemos de una analogía que ayuda a entender cómo funciona la virtualización. Piense en las redes físicas como si fueran vías de transporte: autopistas, calles laterales, vías de navegación, rutas de vuelo, aceras, enlaces ferroviarios, etc. Hay muchas formas de llegar desde el punto A al punto B. Sin embargo, al igual que los cables de fibra óptica y los dispositivos de red físicos, todas estas vías requieren planificación. Su construcción y puesta en marcha pueden llevar mucho tiempo.

 

Las intersecciones, los semáforos y los cruces son los mecanismos tradicionales de encaminamiento del tráfico que se utilizan en esta analogía. Junto con las vías de transporte, estas interconexiones constituyen el equivalente del "plano de datos" en las redes virtuales.

 

 

Las redes virtualizadas son más dinámicas. ¿Pueden sus soluciones OSS actuales seguir el ritmo?

 

Sin embargo, la red virtual introduce un nuevo concepto dentro de esta analogía. Tiene una forma completamente dinámica y adaptable de mover una carga útil entre los puntos A y B. Utiliza la señalización a bordo (p.ej. las pantallas de visualización frontal en los vehículos), la señalización variable y los controles de tráfico para optimizar el movimiento del tráfico. Podría asignar un carril exclusivo a un VIP como una política de calidad de servicio. Podría mostrar el origen/destino predeterminado de una organización (por ejemplo, la oficina central y el depósito, como una SD-WAN), y guiar los vehículos por diferentes caminos, en función de los puntos de congestión en un momento dado. Podría cerrar ciertos carriles para reducir el desgaste bajo cargas ligeras, como el ancho de banda a demanda (Bandwidth on Demand, BoD). Toda esta señalización se controla casi en tiempo real mediante un software centralizado y coordinado. Esto equivale al "plano de control" de las redes virtuales. Estrechamente relacionado con él está el "plano de gestión/política", que recoge el rendimiento y los flujos actuales, para influir en la configuración del plano de control.

 

Los planos de control y de gestión pueden ayudar a configurar redes con la flexibilidad, la segmentación y la resiliencia antes mencionadas. Al definirse por software, todos estos comportamientos pueden ajustarse a la carta.

 

Al asociar esta analogía con los OSS que gestionan las redes físicas y virtuales, está clara la importancia de coordinar las conexiones entre los planos. El plano de datos, la fibra y los equipos físicos no cambian mucho de un día para otro. Sin embargo, las redes superpuestas o el plano de control sí pueden cambiar, incluso de un minuto a otro. Las soluciones activas de inventario de redes deben establecer y mantener las relaciones entre los planos de datos, control y gestión para conservar el control de la red y de todas sus capas.

 

 

¿Qué se necesita para aprovechar las ventajas potenciales de la virtualización de la red?

 

Aquellas soluciones de inventario que usan modelos estáticos y estructurados normalmente tienen dificultades a la hora de hacer frente al modelado de redes virtualizadas y sin necesidad de personalización. Gracias a su marco de modelado de datos altamente adaptable, SunVizion Network Inventory es capaz de modelar los recursos de red de tipo físico, lógico y virtual de forma flexible y jerárquica. Además, SunVizion Network Configuration Management permite el seguimiento y la gestión del estado actual de la red, tanto de las redes físicas como de las virtuales o superpuestas.

 

Las redes virtualizadas ofrecen potentes ventajas a los operadores de red. Sin embargo, también necesitan soluciones modernas de inventario activo, configuración de la red y orquestación de la red para aprovechar esas ventajas al máximo.