Siento la necesidad de la velocidad.”

Probablemente ya conozca el enlace y la cita. Esta famosa frase proviene del personaje de Tom Cruise, Maverick, el protagonista de la película Top Gun. Sin embargo, la frase también representa la urgencia que los operadores esperan del funcionamiento de los OSS y BSS modernos. La velocidad es un factor importante para las empresas de telecomunicación, ya sea en relación con el rendimiento de la red, la entrega de nuevos productos al mercado, la activación de los servicios para los clientes, etc.

Velocidad de cambio en las redes

En el mercado de OSS está ocurriendo un cambio relacionado con la velocidad. En el pasado, las redes eran la cuestión de instalar y olvidarse. Una vez se conectó físicamente a un cliente, no cambiaba mucho en el transcurso de un día/semana/mes. Tanto si se trataba de POTS (Plain Old Telephony Service) como de ISDN para los circuitos de voz, o bien de PDH, SDH/SONET, etc. para los circuitos de datos: una vez instalados, se mantenían.

 

El ritmo de cambio en estas redes era relativamente lento. Las herramientas de inventario de aquella época servían perfectamente para soportar ese ritmo. Por lo tanto, la velocidad de conciliación que garantizara la exactitud de los datos del inventario era igualmente lenta. Bastaba con que las herramientas de OSS/inventario realizaran una búsqueda de datos nuevos en la red al día o a la semana y así se sabía que todo iba a estar debidamente actualizado para soportar toda actividad necesaria.

 

Esa actividad incluía:

  • Diseño y planificación de la red: para añadir, modificar y eliminar datos en la red
  • Planificación de la capacidad: para adaptar el tamaño de la red y encontrar el equilibrio adecuado entre las expectativas de los clientes y la minimización del capital invertido
  • Actividades de cumplimiento: para consultar, reservar y asignar la capacidad disponible a los servicios del cliente (o de la red)
  • Actividades de aseguramiento de la prestación de servicios: para enriquecer, correlacionar e identificar aquellos impactos que puedan ayudar a los operadores a predecir, identificar y superar cualquier degradación del estado de la red

 

Tracking activo

La realización de estas tareas sigue siendo necesaria. Sin embargo, lo que cambió fue la velocidad a la que deben operar las redes. En lugar de conciliar los datos una vez al día/semana/mes, hay algunos aspectos de las redes modernas que requieren un tracking más veloz. Hoy en día se destaca tres velocidades de conciliación:

 

  • Lenta (p.ej. la red física): en la red física de un operador hay un flujo constante de actividades y actualizaciones. La construcción de redes nuevas, sustitución de cables, actualización de equipos, modernización de la "fibra profunda", conexiones de clientes, nuevos emplazamientos, nuevos enlaces resistentes, etc. La infraestructura pasiva no puede ser consultada a través de una API, por lo que la conciliación sólo puede producirse a través de las encuestas de campo o actividades de diseño —y estas no se producen con regularidad—. Normalmente, esto está bien: a pesar del volumen de cambios, una vez realizadas las actualizaciones, cada cambio particular tiende a permanecer en su lugar durante meses o años sin más intervención. Este aspecto sigue recibiendo el apoyo de las soluciones de inventario antiguas.

 

  • Media (p.ej. la infraestructura de la red principal): esta velocidad se aplica a los componentes activos, las funciones físicas de la red (PNF) como los enrutadores, multiplexores y demás. Su ubicación, tarjetas, puertos, posición en el bastidor, etc. no cambian muy a menudo. Sin embargo, dado que este tipo de activos suele contar con una API, está también sujeto a cambios importantes de configuración. Admiten actualizaciones de la red lógica en cuanto a las activaciones de clientes, configuraciones de calidad de servicio, de redes privadas, etc. Las soluciones de inventario antiguas bastan en la mayoría de los casos, gracias a los procesos de conciliación/descubrimiento realizados a diario.

 

  • Rápida (p.ej. redes e infraestructuras virtualizadas): aquí es donde los cambios en la red se vuelven mucho más dinámicos. Las técnicas modernas de virtualización aprovechan los recursos de manera muy intensa (p.ej. en las máquinas virtuales o funciones de red virtuales, VM/VNF), constantemente reequilibrando los niveles de utilización para garantizar una mayor optimización del rendimiento frente al capital invertido. Además, tanto los servicios dedicados a los clientes como los modelos de consumo son mucho más adaptables, con un ancho de banda bajo demanda y patrones de uso que provocan mayores picos de utilización. Dado que la utilización es más transitoria, las herramientas de inventario deben reconocer mejor el estado actual, especialmente el de las actividades de cumplimiento y garantía de prestación de servicios mencionadas anteriormente. La solución de inventario debe conocer la asignación de recursos actual antes de declarar su disponibilidad frente a los orquestadores de servicios (caso práctico del cumplimiento). También debe conocer la jerarquía actual de las dependencias de los recursos para apoyar la causa raíz, la autorreparación y otras investigaciones (casos prácticos de la garantía de prestación). En esta situación no basta con una detección/conciliación diaria. Requiere que los gestores de la red/infraestructura virtualizada notifiquen a la plataforma de inventario en tiempo casi real.

 

Aquí es donde las soluciones de inventario de siempre tienden a tener problemas: con la velocidad de cambio, la modelización de la infraestructura virtualizada y el apoyo dinámico y profundamente vinculado a los casos prácticos de garantía de prestación y cumplimiento. Esto explica por qué la propagación del inventario activo es tan importante.

 

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